martes, 18 de mayo de 2010

¿DONDE ESTA DIEGO?

¿Dónde está Diego?

18 Mayo, 2010 - 01:22

CREDITO:
Manuel Ajenjo

¿Lo sucedido con el prominente político y hábil litigante Diego Fernández de Cevallos entre la noche del viernes y la madrugada del pasado sábado en Pedro Escobedo, Querétaro, es un secuestro o una desaparición?

Si fuera víctima de una banda de secuestradores, ¿por qué ésta no ha dado muestras de su existencia y exigido un rescate? Si se tratara de un secuestro de carácter político, se ha hablado de un grupo guerrillero, ¿por qué no han reivindicado el hecho? También cabe la posibilidad de que El Jefe haya sido víctima de un levantón por parte de la delincuencia organizada. Si esta última versión fuera verídica, con él están secuestrados –virtualmente- dos prominentes miembros del gabinete del presidente Calderón: el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, y el procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez, socios y personeros del polémico abogado, lo que es alarmante.

Se maneja también, en menor medida, la hipótesis de una venganza de alguien al que don Diego haya perjudicado en algún litigio.

Como siempre ocurre en sucesos similares, la comunicación oficial del caso ha sido confusa y escasa. Algunas informaciones dicen que su camioneta fue baleada, otras niegan lo anterior y sólo dicen que se encontraron restos de sangre, sin poderse comprobar que ésta sea de la presunta víctima, en el vehículo del exsenador.

Ante la falta de declaraciones claras y veraces, las especulaciones van y vienen. Hay quien conjetura que la desaparición es un ardid, un montaje, un secuestro fingido para luego de una reaparición espectacular elevar a la víctima a los altares de la política y con ello lograr que ésta se convierta en el caballo más robusto de la hoy escuálida cuadra panista con miras al 2012.

De la misma forma hay quien sostiene la perversa versión de que el incidente fue una forma de quitarse de encima a un panista incómodo, confrontado con el actual grupo de poder de Acción Nacional.

Que la desaparición o probable secuestro de Diego Fernández de Cevallos es un hecho doloroso y perturbador, sin duda. Que el controvertido excandidato a la Presidencia lleva consigo una gran cauda de sospechas de corrupción y tráfico de influencias, también es cierto. Que es un político inteligente, apasionado y carismático ni quien lo dude. Que éste no es momento para hablar ni de sus pecados ni de sus virtudes, de acuerdo.

El único deseo de quien pergeña estas líneas es, antes que nada, que el abogado esté vivo y que muy pronto regrese al lado de sus familiares y amigos. Con este ánimo y en vista de lo revuelto que está el río de declaraciones, deducciones y teorías sobre su desaparición, con todo respeto y un poco de humor me atreveré a escribir algunas interpretaciones de los motivos de su ausencia.

Salió a comprar cigarros

Sólo que en su caso no son cigarrillos, sino puros de los llamados habanos.

Es de suponer dada su alcurnia y buena posición económica que el licenciado Fernández no fuma cualquier marca de puros. Asumo que es diletante de los famosos vegueros Robaina, puros hechos de una sola hoja de finísimo tabaco, retorcidos a mano por su creador Alejandro Robaina. Me imagino que mensualmente le debe de llegar un cargamento de tales joyas artesanales de Cuba o, mejor dicho, le llegaban porque tal vez el lector no lo sabe pero yo se lo informo: el famoso Alejandro Robaina falleció el pasado 17 de abril en Pinar del Río. Es probable que por este motivo a nuestro personaje no le haya llegado la última preciada carga. Acostumbrado a traer consigo siempre su dotación, no reparó en su carencia hasta que llegó a su rancho el viernes por la noche. Como todo adicto a cualquier sustancia, en este caso la nicotina, sabe, el hábito y la necesidad de satisfacerlo son tan fuertes que uno es capaz de dejarlo todo para buscar el elemento de su vicio.

Al percatarse de la carencia de la sustancia de su adicción, el eminente penalista abandonó su camioneta, caminó hasta sus terrenos cercanos al aeropuerto y ahí fletó un avión para ir en busca de sus apreciados puros. Tip para los que lo buscan: Dense una vueltecita por San Luís, Pinar del Río, Cuba, tal vez ahí encuentren a don Diego tratando de conseguir aunque sea una bacha de un Robaina.

Se le pasó la afeitada

Es tal el congestionamiento de tránsito que se forma los viernes al anochecer en la salida de la ciudad de México hacia Querétaro, que aburrido en su camioneta a vuelta de rueda, El Jefe se vio al espejo y se dijo a sí mismo:

“Eso de que barbas tienes y con ellas te entretienes, no deja de ser una frase engaña bobos. A mí ya no me entretienen las extensiones capilares que luzco en la cara. Además, ya ni siquiera usar barba es algo original. Hasta Fernández Noroña trae barba. De tal suerte que me las voy a afeitar”. Y aprovechando lo lento de la circulación y las tijeras que traía consigo comenzó a trasquilarse la pelambrera. Como los automóviles no avanzaban dejó su vehículo por un momento para comprar un rastrillo y crema de rasurar en una tienda de conveniencia. El desplazamiento vehicular era tan lento que antes de llegar a la autopista le alcanzó el tiempo para terminar su propósito. Al llegar al rancho y abrir la puerta de su camioneta se encendió la luz interior de ésta, nuestro hombre se vio al espejo y pensó: “He cometido un error más grande que el cometido por Zedillo en diciembre del 94. Sin barbas no soy yo.

Soy un espectro de mí mismo”. Sin cerrar la camioneta huyó. Mi tesis es que debe estar escondido en cualquiera de los seis ranchos que tiene en aquella región en espera de que le crezca la barba.

Está en Arizona

Indignado por la próxima vigencia de la ley antiemigrantes promulgada por la gobernadora Jan Brewer que criminaliza a los indocumentados, el abogado hizo suya la causa de nuestros compatriotas ilegales y sin avisarle a nadie instaló un despacho de asesoría legal para mexicanos en Phoenix, donde ofrecerá precios especiales a aquellos que prometan que al regresar a México votarán por el PAN. Sólo es cuestión de que organice un grupo de pasantes y de hacerse de socios capaces de llevar a cabo las estratagemas jurídicas por él diseñadas para que regrese al país.

Abducción extraterrestre

(Ésta es la más chafa de mis teorías, pero insistiré en ella mientras alguien no me demuestre lo contrario o el señor Fernández de Cevallos aparezca, lo que ocurra primero). La madrugada del sábado pasado habitantes de la región que comprende Pedro Escobedo, Querétaro, tuvieron un avistamiento de una nave procedente de Oropéndola, planeta del Sistema Solar Vulcano donde hubo elecciones hace una semana luz. Las elecciones fueron impugnadas por dos de los tres partidos contendientes. A las autoridades electorales se les cayó el sistema. El candidato ganador Carlear Salt Mines tomó posesión a pesar de las protestas de la oposición. En busca de alguien que pudiera solucionar el problema, los asesores del Mandatario oropendolez le recomendaron a don Diego, el único ser del Universo, le dijeron, capaz de salvarlo, mediante sus artes y oficios, de tal situación. Así fue como la nave enviada por Carlear Salt Mines abdujo a El Jefe Diego y lo llevó a dicho planeta. Será cuestión de meses luz lo que se tarde el hoy desaparecido en parar las broncas mediante algunas concertacesiones. Su labor terminará cuando convenza a los legisladores de la oposición de quemar las boletas electorales.

Oí por ahí

¿Ya lo buscaron debajo del colchón?

Texto extraido de EL ECONOMISTA

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