Hace algunos años, en Irlanda, las personas temían dejar sus hogares en la última noche de noviembre. Se creía que, en aquella noche especifica del año, los muertos se levantaban de las tumbas y atacaban a los vivos. Si eras un desafortunado andando por las calles durante esa noche, no deberías voltear a ver, pues los fantasmas te estarían persiguiendo y si llegabas a hacer contacto visual, con toda seguridad terminarías muerto.
martes, 23 de junio de 2015
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